Probablemente, cuando se menciona el nombre de Alexander Calder, se nos vienen a la cabeza sus espectaculares esculturas móviles. Sin embargo, lo que tal vez no sepa todo el mundo es que el artista estadounidense, nacido en Pensilvania en julio de 1898, también realizó varias joyas de interesantes proporciones y estética vanguardista.
Calder estudió ingeniería mecánica, pero comenzó a hacerse famoso en su país de origen y en París (ciudad en la que viviría muchos años) gracias a sus esculturas de alambre y madera. Nieto e hijo de escultores, e hijo también de madre pintora, es considerado como el inventor del móvil (juguete móvil colgante, no lo confundamos con los teléfonos), precursor de la escultura cinética.
Pero también creó más de 2.000 piezas de joyería a lo largo de su carrera, tal vez menos célebres que sus esculturas pero no menos impactantes. La mayoría fueron regalos para sus amigos o familiares, realizados en latón o acero, y obviando el uso del soldador; las uniones entre las diferentes partes las hacía mediante nudos o lazos. Entre los materiales empleados también encontramos vidrios, cerámica o madera. Algunos de los receptores de estos regalos fueron Joan Miró, con quien mantenía una excelente relación; Jeanne Rucar, esposa de Luis Buñuel; o Georgia O’Keeffe.